Hoy se celebra el Día del Trabajador y la ocasión es propicia para reconocer nuestra satisfacción por contar con tan valiosos colaboradores. Un personal que supera todas las vicisitudes y dificultades del día a día, que se sobrepone a los obstáculos y que además se caracteriza por el tesón, la pasión, el amor y el profesionalismo que le imprime a cada labor que ejecuta. A ellos, nuestro sincero reconocimiento.
Es por ello que, responsablemente, en un día como hoy, exhortamos al Gobierno nacional para que de forma progresiva inicie el proceso de restitución de la actividad empresarial en el país. El daño ocasionado al sector productivo, comercial e industrial y, como consecuencia, al empleo, por efecto, no solo de la pandemia de la Covid-19, sino de la coyuntura política y económica, es de incalculables dimensiones. Por estas razones urge revertir esa situación por el bien de miles de venezolanos que tienen, en el sector privado, la principal fuente de sustento para ellos y su núcleo familiar.
El “Estado de Alarma”, decretado por el Gobierno nacional desde el pasado mes de marzo, con la finalidad de controlar y minimizar el posible contagio en nuestra población del coronavirus, y extendido hasta el próximo 12 de mayo, ha acelerado el deterioro que ya venía experimentando el sector manufacturero.
El esfuerzo realizado por las autoridades venezolanas en la materia, así como las medidas aplicadas en su lucha por detener el avance de la pandemia en nuestro país, han dado los resultados esperados, en lo referente a temas de salud pública, pero son incalculables los ingentes daños al sector productivo.
Entre esos efectos perniciosos, se encuentra la paralización casi total de la industria venezolana, la cual, antes de la pandemia ya mostraba un panorama desolador, con indicadores que denotaban un futuro incierto para las empresas, con la consiguiente pérdida de cientos de miles de empleos productivos, agravando aún más la situación de hambre, necesidad y calamidad, por la cual atraviesa un alto porcentaje de la población.
La industria está muriendo. Antes de la cuarentena operaba a no más del 21% de su capacidad instalada. Es un sector que observó con asombro cómo cerca de 400 de sus establecimientos cerraron sus puertas durante el 2019, con expectativas de que la situación siga empeorando durante el 2020, y más aún, con la inmovilización casi total de la economía, como resultado de las desacertadas decisiones en políticas públicas y, ahora acrecentada por la pandemia.
Y si la situación se extiende más allá de los niveles requeridos, nuestro país no podrá levantar su maltrecha economía, porque es el sector privado uno de los principales generadores de fuentes de empleo y riqueza para nuestros conciudadanos.
Un confinamiento que se extienda más allá de lo recomendado por los expertos, continuaría repercutiendo negativamente en la salud y el equilibrio financiero del país.
En el sector manufacturero venezolano, estamos preparados para reiniciar ordenada, programada y paulatinamente las labores en los establecimientos fabriles, adoptando todas las medidas pertinentes para asegurar la salud de nuestros colaboradores. Nuestras industrias no pueden seguir detenidas, ya que la mayoría de ellas, sobre todo las que elaboran productos considerados “no esenciales”, corren el riesgo de no volver a abrir sus puertas.
Reiteramos además que, para remontar y asegurar el normal desenvolvimiento de la actividad productiva, es preciso el diseño de un plan nacional, estructurado y abordado conjuntamente por todos los sectores, que conlleve a acatar todas las normas requeridas por los especialistas para minimizar el riesgo de contagio con la pandemia, entre ellas la del debido “distanciamiento social”.
Al respecto, los empresarios estamos conscientes de la necesidad de readecuar los espacios de trabajo en las instalaciones de nuestros establecimientos, y adaptarlos según recomendaciones y estándares mundiales.
Por otra parte, y de acuerdo con lo manifestado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela – CTV, en su comunicado de hoy, 1º de mayo de 2020, también consideramos necesaria la conformación de un “Gobierno de Emergencia Nacional”, en el cual converjan los representantes de las fuerzas vivas del país: gremios, sindicatos, la iglesia, las academias, los estudiantes, los políticos, los militares, los empresarios. En fin, todo un equipo encargado de reconstruir esta gran nación y de solucionar de manera urgente y eficiente, todos los problemas y conflictos que conlleva un país en recesión y con grandes debilidades jurídicas y deficiencias de orden económico y social.
Los industriales queremos volver a nuestras fábricas y nuestros colaboradores también. Esos lugares donde se respira productividad y se genera bienestar. El país lo requiere.
Venezuela ya no será la misma después de esta etapa, pero estamos trabajando para ser mejores.
Caracas, 1º de mayo de 2020 /GCI Conindustria