Desde el 1° de septiembre la empresa privada está obligada a pagar impuestos de manera anticipada. Esta carga impositiva ha tenido un fuerte impacto en el flujo de caja de las compañías, llevándolas a recurrir al financiamiento bancario para cumplir con la exigencia.
La liquidez de las empresas se ha visto en aprietos con la hiperinflación que no da tregua. Los costos de operación, principalmente los de reposición de inventarios abarcan buena parte de los recursos disponibles. Pero las recientes decisiones en materia tributaria terminaron por comprometer el flujo de caja de las empresas.
La alícuota del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que pasó de 12% a 16% en septiembre, debe enterarse al fisco cada semana, en lugar de una vez al mes. Pero además, el pago del Impuesto sobre la Renta (ISLR), sobre las ventas brutas diarias debe cancelarse también semanalnente cuando se hacía una vez al año. Y se incrementó la tasa a 1% del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras y a 2% en el caso del sector bancario y asegurador. “Estos impuestos succionan y dejan seco el flujo de caja de las empresas”, dice Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria).
Para poder cumplir con el pago, los empresarios están acudiendo al sistema bancario. “En la medida de las posibilidades piden préstamos a la banca. Se endeudan los que pueden hacerlo”, señala Miguel López, director ejecutivo de consultoría contable y financiera de EY Venezuela.
López advierte de las dificultades que tienen los empresarios al procurar un crédito, tomando en cuenta las limitaciones de financiamiento que existen hoy, dado el tamaño de la banca. “El tamaño real es de apenas 700 millones de dólares o quizá menos, por lo cual su capacidad de prestar es muy limitada para responder a las necesidades del sector empresarial”, acota el consultor.
“Estamos observando que la banca volvió a restringir de forma importante el financiamiento”, lo que obedece al acelerado ritmo de la inflación, ni siquiera al encaje sobre el 100% de las reservas excedentarias al 31 de agosto impuesto por las autoridades comenzando el mes de septiembre. “Las consecuencias del encaje probablemente se vean a partir de ahora”, indica.
“Todas (las empresas) están hiper apalancadas porque esa es la forma de prolongar la vida en hiperinflación”, sostiene Olalquiaga. Sin embargo, López destaca que son las pequeñas y medianas empresas (pymes), principalmente del área de consumo masivo y minoristas, la que están recurriendo más al financiamiento para el pago de impuestos.
Pero la hiperinflación impone costos adicionales al crédito. De acuerdo con López, la banca está cobrando muchas más comisiones y los períodos del financiamiento son más cortos.
La medida del gobierno de Nicolás Maduro de obtener rápidamente más bolívares en un entorno hiperinflacionario, resta espacio a la posibilidad de que las empresas mantengan llenos los anaqueles como se exige arbitrariamente y por lo cual han sido detenidos decenas de gerentes y empleados de distintos comercios.
Entonces, el dinero que reciben las empresas del banco ¿es para reponer inventarios o pagar impuestos? La respuesta del dirigente gremial es: “una porción creciente para pagar impuestos, con lo cual la capacidad de reponer inventarios se va cerrando”. Leer más
Ligia Perdomo @LigiaPerdomo