La Confederación Venezolana de Industriales -Conindustria- y el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios -Consecomercio– presentaron este martes en rueda de prensa una propuesta conjunta para reactivar de forma definitiva la economía nacional para salvar los puestos de empleo que están en riesgo y la producción nacional, luego de cinco meses de haberse decretado el Estado de Alarma Nacional para frenar la propagación del Covid-19 en el país.
El Presidente de Conindustria, Adán Celis, ofreció un balance sobre la situación de estos sectores antes y durante la pandemia. Señaló que previo a la Covid-19, la industria ya venía acumulando una caída sostenida en su operatividad. De acuerdo con la última Encuesta de Coyuntura Industrial correspondiente al primer trimestre del año en curso, la utilización de la capacidad instalada de las empresas manufactureras se ubicó en apenas 18%. Además, 60% de los industriales manifestaron que bajo las condiciones actuales no podrían mantener sus puertas abiertas por un período mayor a un año.
El comercio no escapa de esta realidad. La data de Consecomercio arroja que, antes del decreto de cuarentena, 30% de los establecimientos comerciales se encontraban en riesgo de desaparecer debido a la grave crisis económica que ha destruido el poder adquisitivo y que ha generado una proyección en la caída del consumo de 75% para este año.
Si bien tanto industriales como comerciantes han hecho enormes esfuerzos por cumplir con sus obligaciones, sufragar los gastos operativos, así como el pago de nóminas, tras cinco meses de paralización de actividades, las empresas se están quedando sin flujo de caja. Las reservas se agotan y los puestos de trabajo están en la cuerda floja.
«El gran reto es vivir a pesar de la pandemia»
De allí la urgencia de la vuelta al trabajo. Como lo enfatizó el Presidente de Consecomercio, Felipe Capozzolo, no existe relación entre el trabajo y un aumento de contagio y lo vemos en el hecho de que los casos han aumentado aun con las empresas cerradas.
Capozzolo afirmó que es necesario modificar el esquema 7+7 actual porque se requiere continuidad operativa. “Una semana no es suficiente para atender costos, gastos y nóminas de nuestros colaboradores y hay muchas industrias que por su naturaleza no pueden parar sus procesos”, argumentó.
En ese sentido, la propuesta de los gremios contempla una desescalada controlada que permita la reactivación de todos los sectores de la economía, bajo estrictos controles de bioseguridad y turnos rotativos de trabajo: 7X7
La rueda de prensa contó además con la participación del Presidente de la Academia Nacional de Medicina, Dr. Enrique López-Loyo, quien manifestó su respaldo a la propuesta del sector privado, insistiendo en que el fundamento de la misma es claro: no hay salud sin bienestar, y ese bienestar se obtiene, entre otras cosas, contando con un ingreso digno y empleo de calidad.
López-Loyo reiteró que es necesario mantener el compromiso para contener el impacto de la pandemia pero a su vez con la implementación de medidas sociales y económicas concertadas con todos los sectores.
Coincidió en que el arranque de la economía debe hacerse bajo estrictas medidas de control sanitario, cumpliendo distanciamiento, rotación de personal y evaluando en todo momento si hay alguna sospecha de casos positivos.
Es importante destacar que estas medidas están contempladas en el Protocolo de Seguridad Anticontagio establecido por el gremio industrial así como en las normas de bioseguridad difundidas por Consecomercio para el sector empresarial, sobre las cuales, tanto empresarios como colaboradores, al igual que nuestras cámaras afiliadas, han sido debidamente orientados durante esta época de pandemia.
Los líderes gremiales y el Dr. López-Loyo insistieron en que vamos a padecer esta situación por tiempo indeterminado y que debe imponerse la definición de una nueva normalidad, aun cuando esta esté sobre la base de la amenaza de la infección por la Covid-19, hasta por los próximos tres años.
Por lo tanto, no podemos paralizar al país. Necesitamos ofrecer una alternativa de bienestar de la gente, y este bienestar se consigue a través de empleos de calidad, de manera adecuada, y con un Estado que sea capaz de canalizar las inquietudes de todos los sectores de la producción. La nueva normalidad se asume con trabajo.
GCI – 11/8/2020