La economía venezolana se encuentra sumergida en una crisis sin precedentes en nuestra historia contemporánea. En esta hora de empobrecimiento y confusión, la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) hace un llamado a la cordura, a la tranquilidad, a la transparencia y a la honestidad como valores que permitirán los cambios urgentes que el país requiere.
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La destrucción de industrias se ha llevado a cabo por medio de un conjunto de políticas que incluyen muy restrictivos y rígidos controles que limitan la competitividad y la productividad, así como tomas o transferencias de empresas del sector privado que pasan al Estado y fuertes limitaciones al acceso de materia prima.
Esto se traduce en menor producción de bienes, aunado a una gigantesca inflación que imposibilita a los consumidores el acceso a muchos de los productos que requieren regularmente.
Adicionalmente afrontamos una inseguridad personal que genera la emigración de venezolanos talentosos y una incertidumbre jurídica que espanta a las muy necesarias inversiones, así como una infraestructura en avanzado nivel de deterioro.
Todo ello ha generado el empobrecimiento material, así como la pérdida de puestos de trabajo y el deterioro de la salud, la higiene y la civilidad; lo cual significa a su vez una pérdida de la calidad de vida.
Agravando el entorno descrito, el gobierno nacional ha dispuesto el cambio del cono monetario, ejecutándolo con impericia y de manera imprudente, lo cual ha obstaculizado en gran medida el comercio y con esto la capacidad de muchos ciudadanos de acceder a bienes, provocando confusión, desasosiego y unas muy inconvenientes manifestaciones de desorden popular.
El deterioro de la confianza en el Bolívar como mecanismo de intercambio y como moneda de ahorro destruye uno de los pilares fundamentales de nuestra economía y de nuestra sociedad.
Este entorno ha llevado a situaciones como las registradas en algunas zonas del país, como es el caso de Ciudad Bolívar, donde el comercio y la propiedad privada han sido afectados, asumiendo el costo de una responsabilidad que es solamente del gobierno.
La razón de tener gobierno, más allá del resguardo de las fronteras, es el mantenimiento del orden público y la generación de un entorno que permita a los ciudadanos prosperar. Venezuela debe regresar al orden constitucional y electoral, debe respetar la separación de poderes y la no interferencia de un poder público sobre otro como camino para la preservación de la democracia, el orden y la civilidad.
Venezuela debe recuperar la estabilidad macroeconómica y la confianza en su moneda, lo cual se consigue con un Banco Central autónomo y dirigido con competencia. La economía venezolana tiene que ser administrada por quienes hayan demostrado experticia, prudencia y conocimiento para que se recupere la confianza que conduce a las inversiones industriales y por ende, a la producción de bienes y generación de puestos de trabajo que crean prosperidad; todo lo cual se puede conseguir, solo, en una economía de libertades.
En esta hora de empobrecimiento y confusión, la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) hace un llamado a la cordura, a la tranquilidad, a la transparencia y a la honestidad como valores que permitirán los cambios urgentes que el país requiere.
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Para más detalles sobre esta información, pueden comunicarse con Florencia Tovar, gerente de Comunicaciones, a través del correo: comunicaciones@conindustria.org o por el teléfono 0212-9912116
GCC/19-12-16