- Edgar Fiol, Director Ejecutivo de la Asociación de Industriales de Artes Gráficas de Venezuela, AIAG, dio a conocer los resultados de la Encuesta de Coyuntura segundo semestre 2016.
- La caída de la producción de la industria gráfica para el segundo semestre de 2016 es de aproximadamente de 80%, en promedio, producto del desplome de la demanda de etiquetas, cajas, envoltorios, libros, cuadernos, folletos, facturas comerciales, impresiones en papeles de seguridad, etc, que presenta una economía en profunda recesión, como lo es la venezolana.
- Preocupa además la evidente pérdida de empleos y la caída en los salarios de los trabajadores del sector.
- “La única solución a esta situación es el cambio del modelo económico y del modelo político”.
“La caída de la producción de la industria gráfica para el segundo semestre de 2016 es aproximadamente de 80%, en promedio, es decir, que hay empresas que al momento de la aplicación del instrumento de recolección de datos, tenían paralizadas las líneas de producción, así como hay otras empresas que para el momento de dicha fotografía tenían algunos trabajos en máquina, pero ninguna tenía su producción en condiciones normales, ni siquiera remotamente. Todas están muy disminuidas, cuando no paralizadas, lo que demuestra lo grave del asunto”, afirmó Edgar Fiol, director ejecutivo de la Asociación de Industriales de Artes Gráficas de Venezuela, AIAG.
Lo que deja claro esa caída de la producción es que tenemos una enorme capacidad ociosa en nuestras industrias, a lo que se le agrega que los costos de producción siguen aumentando, aunque no se esté produciendo nada, ya que el Gobierno Nacional sigue imponiendo una política salarial, pagada por el empresario, con aumentos constantes del salario básico y del bono de alimentación, lo que coloca a la empresa entre la espada y la pared. “Al tener que cancelar las obligaciones impuestas, queda claro que se sigue gobernando de espaldas a las condiciones reales de la economía y en contra de los intereses de toda la sociedad”, subraya.
También está incidiendo seriamente en la productividad la caída de la demanda. “Para finales del año pasado, el principal problema que afectaba la caída de la producción era la falta de divisas y por ende, de materia prima; para el primer trimestre 2017, lo es el desplome de la demanda por parte de las demás cadenas productivas como alimentos, medicinas, cuidado personal y cuidado del hogar, etc. En medio de esta recesión tan severa, las empresas de consumo masivo no están en condiciones de producir lo que necesita el mercado y el consumidor tampoco está en condiciones de adquirir los pocos productos que se consiguen. Es un círculo vicioso que nos afecta a todos, absolutamente a todos.”
“No obstante, es necesario dejar muy claro que la industria gráfica mantiene su capacidad para fabricar los insumos que necesitan el resto de las cadenas productivas. Nadie puede decir que su producto no llega al consumidor final porque no tiene cajas, envoltorio, o etiquetas o facturas. Eso no es verdad”, aclara.
El régimen cambiario nos impide producir
Para finales de 2015 y principios de 2016 las empresas afiliadas reportaron que sus inventarios de materias primas e insumos estaban en promedio entre 10 y 15 %. Casi no había tinta, ni papel, ni planchas litográficas por falta de divisas. Para este momento, sin embargo, hay material con que trabajar, aunque a precios realmente exorbitantes”, aseguró Fiol.
El Gobierno durante 2016 no entregó divisas al sector. Hubo un acceso mínimo a los dólares oficiales a través del Dicom y de los otros mecanismos, pero casi inexistente, por lo que queda claro que el empresario tuvo que hacer uso de sus recursos a través de mecanismos propios para poder importar. “Muchas empresas se ven imposibilitadas de importar a dólar libre, pues no pueden reflejar esos costos en sus productos, ya que el bien final al que va destinado el insumo gráfico, tiene el precio regulado al final de la cadena de comercialización. A ello se le agregan las limitaciones que contempla la Ley de Ilícitos Cambiarios y la competencia muy desleal que representan las importaciones que realiza el gobierno nacional, de productos ya terminados”.
Impacto en la nómina.
Observa que según los encuestados, en términos promedios, la nómina se ha reducido en aproximadamente 20%, por dos razones. “Fundamentalmente la mano de obra calificada ve oportunidades en otras latitudes, hay mucha gente que sabe lo que hace y lo hace muy bien y se está yendo al extranjero; y por otra parte, hay trabajadores, sobre todo mano de obra no calificada, que han llegado a acuerdos para renunciar porque creen más conveniente informalizar su trabajo, a través del “bachaqueo” y otras actividades similares.
Lo que ocurre hoy por hoy es que prácticamente la mayoría de los trabajadores está ganando sueldo mínimo. Los aumentos impuestos por el Ejecutivo en salario mínimo y bono de alimentación han traído como consecuencia que las nóminas de las empresas se han compactado hacia abajo, hacia el salario mínimo. Anteriormente la estructura de las empresas tenía diferentes escalas de remuneración según el trabajo, la experiencia, la formación y nivel de compromiso, ahora, como consecuencia de las imposiciones en materia laboral por parte del gobierno y la inamovilidad laboral incluida, tenemos a la mayoría de los trabajadores ganando salario mínimo.
En opinión de Edgar Fiol, el gobierno no da indicios de que vaya a modificar sus estrategias, e insiste en imponer su modelo político y por consecuencia, económico, a pesar de las terribles dificultades que estamos sufriendo todos en el país.
Resistir, no queda otra.
“Si algo llama la atención de los resultados de esta encuesta es que los datos arrojados, confirman con claridad, la posición que mantienen los empresarios del sector y que se manifiesta en la expresiones que se oyen con frecuencia en nuestras reuniones, como resistir, sobrevivir, innovar, reconvertirse para permanecer, etc. A eso hay que agregar la necesidad de buscar alternativas de salida a esta situación tan difícil. Algunos empresarios hablan de nuevos productos y nuevas líneas de producción y, además, utilizar la capacidad ociosa para exportar, por lo que en la AIAG estamos diseñando programas de apoyo a posibles exportadores, así como a nuevos emprendedores, para ofrecerlos en el corto plazo”.
En términos personales, cree el director ejecutivo del gremio que “estamos viviendo las consecuencias nefastas de un modelo político económico que tiene como objetivo acabar con la empresa privada y sustituirla con las del Estado, entendido como un único ente productor y también regulador de las fuerzas productivas, en términos generales. “No estamos ante el fracaso del modelo económico que nos están imponiendo; más bien estamos viendo las consecuencias directas de una política económica diseñada y aplicada, ex profeso, para acabar con la iniciativa privada. Por lo tanto, creo personalmente que la única solución a esta situación es el cambio del modelo económico y del modelo político”, concluyó.